LAS CVA Y EL APRENDIZAJE COLABORATIVO
Driscoll y Vergara (1997), plantean que para que
exista aprendizaje colaborativo hay que cooperar para alcanzar una determinada
meta que no podría lograrse de forma individual. Por esto el aprendizaje
colaborativo se caracteriza por cinco elementos básicos:
1.
Responsabilidad individual: todos los miembros del grupo son responsables de su
desempeño individual dentro del grupo.
2.
Interdependencia positiva: los miembros deben depender los unos de los otros
para lograr una meta común.
3.
Habilidades de colaboración: las habilidades necesarias para que el grupo funcione
de forma efectiva, como el trabajo en equipo, la solución de conflictos, el
liderazgo, etc.
4. Interacción promotora: los miembros del grupo interactúan para desarrollar
relaciones interpersonales y establecer estrategias efectivas de aprendizaje
5. Proceso de grupo: el grupo reflexiona en forma periódica y evalúa su funcionamiento,
efectuando los cambios necesarios para incrementar su efectividad.
Vemos que el proceso de aprendizaje está ligado a la
experiencia de formar parte de una comunidad, por tanto, en la medida que los
escenarios educativos propicien la creación de comunidades de aprendizaje a
partir del uso de herramientas que contribuyen al intercambio de información;
el acceso a recursos compartidos; la posibilidad de participar en la redacción
de un trabajo entre diversos miembros de la comunidad, se contribuirá a la
contextualización del aprendizaje y a dotarle de significado, facilitando el
trabajo colaborativo que se genera dentro de un espacio virtual.
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